Las personas altamente productivas:
- Llegan 15 minutos antes al trabajo para empezar la jornada con calma y de manera relajada. Cero estrés.
- Establecen un correcto espacio de trabajo, limpio y ordenado, y con todo el material que se necesite a mano. Todo lo que sobre se tira, se recicla o se guarda.
- Revisan las listas con tareas pendientes (to-do list), fechas límite (deadlines) de entrega de informes, documentos, proyectos etc. y reuniones para establecer un planning y tener clara la agenda de la semana.
- Identifican entre una y tres tareas importantes para hacer en el día. Se centran en lo importante para hacerlo bien porque ya se sabe que “el que mucho abarca…”.
- Revisan los correos a primera hora y no vuelven a hacerlo a no ser de que sea totalmente necesario (nada de estar mirándolo cada segundo a través de todos los dispositivos a su alcance).
- Silencian el teléfono móvil mientras planean su jornada laboral para que no les distraiga.
- Cierran los ojos para visualizar cómo va a ser el día (técnica de concentración y relajación que emplean algunos deportistas, como los atletas).
- Hacen ejercicios de estiramiento dado que en la mayoría de los trabajos las personas pasan muchas horas sentadas y frente al ordenador y los músculos se acaban resintiendo.
- Respetan los primeros minutos de los compañeros de trabajo y no les atosigan con preguntas personales, banales o molestas. Las personas necesitan un tiempo de adaptación, sobre todo a primera hora de la mañana.
- Están contentos y agradecidos por tener un trabajo, por ser útiles y valorados por los demás y por conseguir logros y metas. Cuando uno se siente realizado consigo mismo y con lo que hace contagia una actitud positiva que repercute en los demás.